Con sus extensiones azules y rosas asomando por su cabellera castaño, a un año de su primera visita a la Argentina, Selena Gomez vuelve renovada. Lleva en su valija un nuevo CD para presentar con su banda The Scene en el GEBA, When the Sun Goes Down , el tercero desde que comenzó a cantar en 2009, siempre con los mismos productores, en vena pop rock y dance. “La verdad es que a éste lo hice sólo en 3 meses, porque quería tener canciones nuevas para llevar en el tour”, le confesaba la actriz a Clarín al promocionarlo en Los Angeles.
“La otra vez alcancé a hacer un poco de shopping con mis vocalistas, pero ésta espero conocer más”, decía de Buenos Aires. Pero Selena, o Alex Russo, como la conocen sus fans del show de Disney Los hechiceros de Waverly Place llega diferente por muchas otras causas. En febrero del año pasado, unas semanas después de presentarse por primera vez en Buenos Aires, oficializaba en la fiesta post Oscar de la revista Vanity Fair su relación con el ídolo pop Justin Bieber (17).
Desde entonces, igual que él, se empeña en ocultar el sol con la mano en una relación con la prensa bastante bipolar. Por un lado se muestran amorosos y a los besos en las playas de Maui o en las de Río de Janeiro, van juntos a recibir los premios que el cantante colecciona, ya sean los Billboard o los MTV, se miman, se toman de la mano. Pero nada de Kiss and Tell , como decía el primer disco de Selena. Ahora es beso tras beso para las fotos, pero no te cuento nada. Una premisa que sus publicistas (de la firma PMK, que supo tener de clientes a Johnny Depp y Jennifer Aniston) hacen cumplir a rajatabla. Cualquier pregunta relacionada con el ya célebre noviazgo le hace recibir al periodista una reprimenda mientras la artista sonríe con cara de “yo no fui”. Dado el caso de esta nota, por ejemplo, realizada en su propia casona en Encino.
La actriz, famosa por una carrera televisiva que explotó cuando tenía 15 con la serie en la que recreaba a una joven aprendiz de hechicera, ya tiene 19 y, como se verá el mes próximo en la tapa de la revista Cosmopolitan , ahora se anima a usar escotes pronunciados y ropa más sexy. En enero terminó su programa después de cuatro temporadas exitosas y parece empecinada en dejar atrás su pasado de “chica Disney”.
Tiene cara de muñeca, una figura de modelo y un discurso estudiado y medido. Repite la palabra “fans” no menos de 20 veces en 10 minutos. Los argentinos, obvio, se llevan un párrafo. “Son super apasionados, tienen mucha energía y quiero darles lo mejor en esta visita. Estoy preparando un disco en español, con las traducciones de los temas de mis dos primeros álbumes, para que ellos puedan disfrutarlo”.
¿Vas a extrañar tener tu serie en el canal Disney?
Por supuesto, va a ser muy duro. Voy a extrañarlos pero voy a seguir manteniendo mi relación con ellos. Disney es mi familia. Me han dado todo, los amo; voy a seguir en contacto con el canal. Ahora me toca probarme sola en otras facetas.
¿Estás preparada para un viaje que puede tener sus altibajos como le pasó a Britney Spears y a Miley Cirus, otras ex chicas Disney?
Me da un poco de miedo dejar el canal para hacer la mía. Pero se trata de saber quién es una y seguir disfrutando. Ya no tengo garantías, pero me gusta mucho el desafío.
En la fiesta de Vanity Fair impactaste con tu vestido rojo de Dolce y Gabanna.
¿Tu línea de ropa tiene ese estilo?
No, nada que ver. Cuando voy a las alfombras rojas tengo un equipo de gente que trabaja conmigo. Les digo hoy quiero vestir púrpura y ellos me consiguen algo genial. Mi línea es más parecida a lo que uso a diario, lo que tengo en el closet. Es ropa clásica, simple y barata para que mis fans puedan adquirirla.
¿Cómo la pasaron (con Justin) la noche de los Oscar?
Yo me la pasé arrinconada casi toda la noche, había muchos actores famosos y me daba mucha vergüenza. Me encontré con Reese Witherspoon: es tan hermosa... Soy super cholula y casi me agarra un ataque al corazón al verla.
¿Planeas estar ahí algún día ahí como nominada al Oscar?
¡Lo que más me gustaría es ganar un Oscar! Ahora empecé una carrera en cine y quiero probarlo todo, distintos roles, nuevos desafios.
En su próxima película, Spring Breakers irá a la cárcel junto a otra ex “chica Disney”, Vanessa Hudgens, y se pondrá a las ordenes de un líder interpretado por James Franco. Ecléctica, el mes pasado condujo una gala a beneficio de UNICEF en el mítico House of Blues angelino, que lo tuvo a Justin como invitado de lujo. Pero de eso, ya aprendimos por experiencia propia, no se habla. “Quiero que mis fans sepan que no soy perfecta y que puedo equivocarme. Si cometo errores porque estoy creciendo me los voy a guardar porque son sólo para mí”.