
¿Quién está detrás de todo esto? Ni más ni menos que “la familia Disney”, como la misma Selena la define. Ella, que tiene 19 años, está desde los 11 en las filas de ese emporio del entretenimiento actuando y cantando en películas y teleseries. Por eso fue lógico que la enorme mayoría del público de esta “princesita” -¡¡qué encima es la novia de Justin Bieber!- hayan sido los chiquitines que ven Disney Channel (y sus padres resignados por la felicidad de ellos).
Selena llegó en el marco de su tour We Own The Night, centrada en su último disco. A las 21.40, tras uno de los picos históricos de alaridos que se hayan oído en el Orfeo, la pequeña ídola salió a escena con A year without rain, seguida por uno de los éxitos, Hit the light.
“Hola Argentina cómo están. Gracias por estar hoy aquí conmigo, vamos a hacer que siga esta fiesta”, dijo en inglés y muy brevemente, dejando ver su piernas con un short minúsculo y un vestido con volados violetas que le daban el aspecto de una princesa fashion. Apoyada por dos coristas y dos bailarinas (más cuatro músicos, bautizados como The Scene), Selena se limitó a intercambiar unas pocas palabras con su público, siempre en su idioma y con la naturalidad como si el nuestro fuera el mismo.
El show siguió con Round & Round, Love you like a love song, el reggaetonero Spotlight (con ella sosteniendo un gran spot de luz) y el electro Bang Bang Bang. Allí vino un cambio de vestido (uno fucsia, de noche) y un segmento acústico con When the Sun Goes Down y We own the night. Falling down, su primer single, volvió a subir el ritmo. Y Magic, Tell me something i don`t know y Naturally enloquecieron a las pibas.